Hoy en día
se tiene una enorme facilidad para obtener cualquier tipo de
conocimiento. Los constantes avances tecnológicos del día a día
nos permiten tener acceso hacia cualquier tipo de información, pero
esto no significa que aprovechemos esa información para nuestro
enriquecimiento cognitivo. Hacen nuestra vida cada vez más sencilla
y cómoda, pero ¿a qué costo?
Hay que
tomar en cuenta que así como hay un gran sector de la población con
acceso a medios de almacenamiento y búsqueda tales como el internet,
libros de texto, enciclopedias, etc., también existe el otro
porcentaje de la población que sufre el rezago que imposibilita el
que puedan acercarse a estas fuentes de conocimiento. ¿Será esta
brecha digital la causante de su escasa obtención de conocimiento?
Tristemente no es así.
De la gran
mayoría de las personas que utilizan el ciberespacio sólo una
pequeña parte busca en él conocimiento que apoye el
engrandecimiento y la superación personal. Es mucho más sencillo
quedarse dentro del conformismo y la pereza que el encontrar una
manera de crecer para bien y mejorar el ambiente que nos rodea. En
una sociedad conformada por infinidad de personas con intereses
propios es sumamente complicado encontrar la manera de encaminarnos
hacia un bien común. Aun teniendo la facilidad de tener la
tecnología más avanzada y dispositivos inteligentes, si no se nos
enseña que su uso debe ir más allá de sólo el entretenimiento
seguiremos estancados y no podremos encontrar una manera eficaz y
verdadera de adquirir conocimiento de provecho. La brecha cognitiva
será, por desgracia, mucho más profunda que la brecha digital.
Desafortunadamente esto es lo que está pasando con nuestra sociedad, nos estamos estancando en el conformismo y no aprovechamos todas las posibilidades que nos ofrecen las TIC
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